Luego
de nuestro último monográfico "Visiones y revisiones de lo masculino"
Mar, una de las mujeres que se animó a explorar en los profundo de su
alma sobre lo que para ella es lo masculino, generosamente nos ha hecho esta devolución escrita que compartimos en el blog.
Para El Hilo Rojo es muy importante el material escrito que cada una pueda aportar y que ayude a preguntarnos, replantearnos que es para cada una, para cada uno, lo femenino y lo masculino.
Por eso invitamos a todas y a todos a escribir sobre este cambio de paradigma, descubrirnos humanas y humanos con deseos cada vez mas reales de ser Seres integros, no duales.
Gracias Mar, desde lo profundo del corazón.
" Sabemos que es
Verdad, porque todas (y diría que también muchos hombres) lo sentimos: la energía femenina, su cualidad, su color y
su tempus, ha sido encerrada bajo
llave en algún rincón destinado al olvido. No obstante, todo es un truco, sólo
hace falta correr ése estúpido velo para darse cuenta de que la naturaleza no
olvida nada, de que es imposible olvidar; tan imposible ha sido olvidar lo
femenino que a menudo la masculinidad se ha vuelto represora. ¿Quién no ha
sentido alguna vez el conflicto?, ¿quién no se ha descubierto censurándose,
vigilándose, culpándose? Así muchas mujeres y hombres hemos identificado la
masculinidad con la agresividad, con la represión, con la fuerza y el poder,
con lo que una no es o con lo que una no debe ser, o con lo que debería ser y
no puede ser…
Sin embargo,
indagando un poco, observando y escuchándose se descubre que esa idea de lo
masculino es tan falsa como asociar la feminidad a la fragilidad, a la sumisión
o a la belleza. Son estereotipos que surgen del conflicto y de la no aceptación
de que en todo, en todos y en todas, existen los dos polos, conviven, se oponen
y nos hacen crecer y comprender. Lo que hay que aceptar es el movimiento, si
nada se impone, nada permanece.
Las mujeres
hemos olvidado lo femenino y hemos reprimido lo masculino en nosotras, ¿qué nos
queda entonces? Una pura imagen, un subproducto plano construido únicamente
para mostrarse en la sociedad, de acuerdo con una tendencia dominante hacia el
consumo, la competición y el beneficio propio. Ignorando nuestro cuerpo,
ignorando nuestros ciclos y a la naturaleza misma que pacientemente nos llama e
indica el camino.
Reencontrar lo
femenino nos está llevando a comprender la masculinidad más allá del conflicto,
a comprenderla como energía complementaria y beneficiosa. Ninguna de las dos
fuerzas es represora. Creo que esto es importante comprenderlo; cuando dejas de
reprimir (nada más que abandonar un hábito de la mente) ambas se manifiestan,
se mezclan, se reflejan la una en la otra y se nutren."
Mar